18 de noviembre de 2020

*CFP* "POLÍTICAS CULTURAS EN AMÉRICA LATINA: DISENSOS, TENSIONES ACTUALES Y DESAFÍOS", NÚMERO ESPECIAL 44, REVISTA COMUNICACIÓN Y MEDIOS

Las políticas culturales se caracterizan por su profundo dinamismo y plasticidad histórica. En ellas se combinan, transforman y acumulan materialidades artísticas, formas patrimoniales, residuos culturales, fuerzas políticas y sedimentos identitarios, entre muchos otros elementos. Por esta razón, comprender las políticas culturales actuales implica reconocer que su origen y desarrollo se debe a una serie de procesos históricos ligados tanto a la configuración de los estados nacionales, al mundo de las artes, el patrimonio y el ecosistema comunicativo, así como al conflicto social y el ejercicio del poder.

En América Latina, desde la segunda mitad del siglo XX, los países comenzaron a definir una “política cultural oficial”, en línea con los postulados de la democratización cultural instaurados en Francia durante la década de 1960. Luego, tras el fin de las dictaduras en los países de la región, comienzan a surgir organismos públicos como Institutos, Direcciones, Consejos, Secretarías y Ministerios de Cultura, reconociendo así a la cultura como objeto de la política pública. 

Desde aquí, la definición, implementación e investigación de las políticas culturales se ha desarrollado a partir de los paradigmas vigentes, entendidos éstos como el modo particular de organizar la relación política-cultura, en función del predominio de concepciones de cultura, objetivos definidos de desarrollo cultural y agentes especializados en su implementación (García Canclini, 1987). Aquí, entran en tensión una perspectiva restringida de la cultura, referida a las artes, el patrimonio y el folclor, con otra más amplia, entendida como los modos de vida y ser de las personas. Es a partir de este último enfoque, que una nueva generación de sociólogas/os, antropólogas/os, ensayistas y comunicólogas/os latinoamericanas/os emerge en las décadas de 1980-1990 para teorizar e investigar empíricamente procesos culturales, los consumos, las preferencias, los hábitos y las prácticas (Néstor García Canclini, Jesús Martín Barbero, Nelly Richard, Beatriz Sarlo, Hugo Achugar, Guillermo Sunkel y Renato Ortiz, entre otros). El objeto de estudio pasa a ser la cultura vivida por las personas, integrando nociones como la diversidad, las mediaciones, las culturas híbridas y la heterogeneidad multitemporal.

En este contexto, las políticas culturales son concebidas no sólo respecto del mundo de las artes y del patrimonio, sino también en relación a la activación de nuevas formas de interpelación de la sociedad: es decir, con el hecho de producir nuevos significados y relaciones sociales en el conjunto social. La política cultural, entonces, es parte del ejercicio del poder y se relaciona complejamente con variados aspectos del espacio simbólico-cultural. Se trata de dispositivos políticos que activan nuevos procesos sociales; trastocan los sentidos comunes y las ideas heredadas; afectan las maneras de relacionarnos unos con otros, la forma en que entendemos-actuamos nuestra realidad y en cómo administramos nuestra imaginación (Vich, 2014). Visto así, la idea de una política cultural se refiere a las “formas de hacer las cosas” y a su respectivo cuestionamiento. Y eso significa impulsar a las personas a reflexionar sobre su condición de ser y estar en el mundo.

Desde esta perspectiva, se ha argumentado que las instituciones y espacios culturales han contribuido en América Latina en la construcción de sociedades democráticas, plurales y deliberativas; que las artes, el patrimonio y la cultura han sido herramientas de reconstrucción del tejido social, de cambio social y regeneración comunitaria. Sin embargo, luego de 60 años de institucionalización cultural en América Latina vale la pena preguntarse si las políticas culturales han contribuido a la reducción de las desigualdades culturales o si, por el contrario, han reforzado los privilegios sociales. De la misma forma, conviene cuestionarse si los planes y programas culturales implementados a partir de la década de 1990 en nuestra región han incorporado innovaciones reales en las políticas culturales acordes a los cambios socio-políticos y económicos, o si han sido más bien una acumulación o sedimentación de lo ya hecho históricamente.

De hecho, los procesos de complejización social que han enfrentado las sociedades latinoamericanas han exigido pensar las políticas públicas desde nuevos y urgentes marcos de análisis.  La reformulación de las industrias creativas, la “marketingnización” de los espacios museales y culturales, la transformación de las audiencias y la importancia de los intercambios de símbolos en las redes globales, entre otros factores, han puesto en cuestión las acciones estatales en el ámbito específico de la cultura. Estas situaciones han cambiado las formas de pensar lo político y lo crítico de las políticas culturales, así como tensionan sus formas de definirlas y gestionarlas. Conceptos como convergencia digital y tecnológica, diversidad cultural, diálogos interculturales y ciudadanía global, memoria histórica y política, migración y pluralismo, diversidad sexual, enfoque de género, entre otros, así como una preocupación por comunidades/identidades históricamente desplazadas y excluidas (pueblos originarios, afrodescendientes, personas en situación de discapacidad, migrantes…) han ingresado –o están intentando hacerlo- a una estructura gubernamental antes acostumbrada a administrar -casi exclusivamente- el espacio artístico-cultural, en particular las bellas artes, el folklore y el patrimonio.

Estos conceptos y comunidades antes excluidas promueven nuevas interrogantes en las políticas culturales contemporáneas, en un escenario general caracterizado por la digitalización cultural del conocimiento, la aceleración de las temporalidades sociales, la competencia concreta —y en permanente re-diseño— de plataformas tecnológicas de entretenimiento y los efectos de la pandemia COVID 19, entre otros factores. ¿Cuál es la capacidad real de las políticas e instituciones culturales en América Latina para liderar procesos de transformación y cambio social en este contexto? ¿Cómo pensar los espacios-instituciones culturales como esferas deliberativas en marcos de privatización de la vida cotidiana? ¿Cómo se manifiestan las nuevas desigualdades culturales? ¿Cómo fomentar la diversidad cultural en un contexto de cierres de fronteras y resurgimientos nacionalistas y fundamentalistas? ¿Qué significa diseñar políticas culturales para la diferencia y la interculturalidad en un contexto de creciente desigualdad y giro a la derecha? ¿Qué rol cumplen los derechos culturales en la actualidad? ¿Cómo pensar las dinámicas territoriales de los Estados-Nación en un escenario de movilidad, transformación y crisis? ¿Qué rol juegan las comunicaciones y las nuevas tecnologías en los procesos de participación y diversidad cultural? ¿Qué tipos de relaciones emergen entre cultura, comunicación y educación? (Escobar et al., 2010; Barbalho, 2016; Rubim, 2018; Yúdice; 2019; Vich 2014; García Canclini, 1987).

Este monográfico Nº44 de la revista Comunicación y Medios propone dirigir la mirada hacia América Latina con el fin de entender los fenómenos cruzados por las políticas culturales impulsadas por distintos actores (públicos, privados, comunidades, por ejemplo). Convocamos a presentar trabajos originales, resultados de investigación académica, que ofrezcan perspectivas refrescantes y problematicen los desarrollos y desafíos de la cultura, las políticas sobre y a propósito de ella, sus usos y apropiaciones, sus transformaciones radicales debido a fenómenos transnacionales como la privatización, la individualización, la emergencia de actores y problemáticas nuevas atravesadas por identidades raciales, de género, sexuales, étnicas, geográficas, medioambientales y políticas, así como también un ecosistema mediático atravesado por la digitalización, las plataformas y cierta democratización en los usos y apropiaciones, entre muchas otras.

 

Ejes temáticos:

  • Institucionalidades culturales en América Latina
  • Enfoques de la investigación en políticas culturales
  • Observación y evaluación de las políticas culturales
  • Actores de las políticas culturales: roles y desafíos
  • Objetos de las políticas culturales: las artes, las industrias, el patrimonio, el folclor, las comunidades, los territorios y las dinámicas culturales
  • Políticas culturales, migraciones y tránsitos territoriales
  • Perspectivas de género en las políticas culturales
  • Políticas culturales y prácticas digitales
  • Políticas culturales e inclusión
  • Políticas culturales y educación artística y cultural
  • La formación académica en políticas culturales
  • Políticas culturales y políticas públicas en otros campos: escenarios de articulación

 

Se aceptan artículos originales en inglés y español que sean resultados de investigaciones originales. Para esta convocatoria se aceptan envíos en portugués, pero si el artículo es aceptado, el/la autor/a deberá traducirlo con sus recursos a uno de los dos idiomas oficiales de la revista. Consultar Normas para Autores.

Comunicación y Medios se encuentra indexada en Clarivate (ISI) - ESCI; SciELO-Chile; DOAJ; ERIH PLUS; Latindex; Dialnet; REDIB; CLASE; MIAR; Latinoamericana; LatinREV

 

Editor General: Tomás Peters tpeters@uchile.cl

Editora: Claudia Lagos cllagos@uchile.cl

 

* Comunicación y Medios recibe de forma permanente artículos de temática libre para su sección Miscelánea.

 

Cierre de Convocatoria: 12 marzo de 2021

Fecha de Publicación: 31 diciembre 2021

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