13 de octubre de 2020

*CFP* LLAMADA A CONTRIBUCIONES, Nº 7, REVISTA SINTAXIS

La comunicación es un proceso abierto, dinámico y en disputa. La comunicación se realiza dentro de los marcos culturales, sociales y políticos con efectos diferenciados. No es ajena ni independiente de sus marcos de referencias. Decir que la comunicación en un sistema es algo equívoco porque se estaría asumiendo que el sujeto del conocimiento es capaz de superponerse a todos los marcos de referencia que delimitan su posición dentro de la comunicación. No es posible estar en el afuera de la comunicación. El ser humano es un ser de palabra, está mediado por el lenguaje. Lo que sí se puede sostener es que la persona puede seguir un método riguroso para entender los límites de los marcos de referencias, sus impactos y afectaciones en las mismas personas. El ser humano es capaz de resignificar los marcos de referencias de la cultura para dotar de mayor sentido humanista a la comunicación.

La condición ética de la comunicación es una dimensión que no se puede soslayar, se trata de trasmitir la verdad de su posición en el mundo, pero siempre lo hará mediado por palabras, signos, referencias y rituales. Estas características tienen a su vez distintas formas de procesarse. En esta época de pandemia, dentro de su circunstancia familiar particular, cada persona ha tenido que adaptarse, hacer uso de toda su disposición, tolerancia a la frustración y flexibilidad, así como su organización del tiempo, el espacio y la elaboración de nuevas rutinas y hábitos para atender el sinnúmero de tareas que se le han asignado, reasignado, que han cobrado otra dimensión, que se han resignificado para lograr sus diferentes roles tanto en la época de confinamiento como en el regreso a la nueva normalidad ante la COVID-19.

Asistimos a un tiempo de incertidumbre, desconocemos el momento de que la pandemia se contenga, de esta manera una cadena de mutaciones golpea los marcos normativos de convivencia, de la economía y la educación. La crisis sanitaria derivada de la COVID-19 ha cambiado nuestras formas de interactuar, de relacionarnos, de procesar internamente el sentido de la existencia misma. Las instituciones se han vistos forzadas a resistir para sobrevivir. El temor a desaparecer genera una angustia en quienes son responsables de mantener una dirección firme de las organizaciones. El desempleo aumenta, los trabajos escasean, los colaboradores tienen poco margen de maniobra en un mundo azotado por la pandemia. No se trata de promover más innovación tecnológica sino de sobrevivir. La pandemia de la COVID-19 nos ha hecho más conscientes de nuestra naturaleza social, de la necesidad de sobrevivir y resistir en solidaridad.

El teletrabajo, la educación a distancia y la comercialización con entrega a domicilio son algunos de los aspectos que se han tenido el mayor incremento en 2020, en contraparte, el sector turístico, de servicios y de recreación, entre otros, son los que se han visto más afectados. Ante esta circunstancia social y económica la comunicación se posiciona como un diferenciador que permite colocar en el centro la atención de las necesidades de las personas, potenciando la comprensión de esta nueva realidad y asegurando que la invaluable satisfacción a las necesidades más sentidas de la población sea una prioridad, a través de la conformación de una conciencia de salud solidaria, de un reconocimiento del otro y de su atención como parte de mi propio bienestar.

En este número de la Revista Sintaxis No. 7, queremos preguntarnos, ¿cómo las organizaciones están enfrentando la crisis sanitaria? ¿Cómo se ha transformado la educación en estos tiempos de confinamiento? ¿cuáles son los cambios culturales y sociales que más afectan a la comunicación, a las relaciones entre personas, grupos y las organizaciones? ¿Cómo se han reconfigurado la sociedad, las organizaciones y las personas mismas a través de la comunicación ante la COVID-19? ¿Qué marcos de referencia son los más importantes a considerar en este tiempo de incertidumbre y cuál es su afectación a la comunicación?

Se aceptarán artículos que sean enviados a más tardar el 31 de Enero de 2021, en cualquiera de las temáticas que puedan incluirse en las secciones que comprende la revista:

  • Tema monográfico
  • Reseñas de libros

Las especificaciones para el envío de artículos en cuanto a estructura y formato, se presentan en las normas de publicación anexas a esta convocatoria. Esperamos contar con su participación.

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