El número 40 de Contratexto acoge la relación entre ciudadanía, comunicación y diversidad. El antecedente de la propuesta temática está en el concepto de “ciudadanía democrática" que enfatiza la justicia social y los derechos, pero con el tiempo y fruto de procesos políticos, innovaciones tecnológicas y del acceso a la educación aparecieron las denominaciones de “ciudadanía comunicacional” y “ciudadanía mediática”.
La ciudadanía comunicacional se construye a través diálogos e interacciones, interpela al poder y ayuda al surgimiento de nuevas vinculaciones que alientan al ciudadano como protagonista de la vida política (Uganda, 2015).
La ciudadanía comunicacional implica mecanismos que impiden la monopolización y la homogeneización de los múltiples sentidos culturales, contribuye a la igualdad de oportunidades (Ottaviano, 2013), supone la participación creativa de las personas porque no hay democracia política sin democracia comunicacional (Mutirão de comunicação, 2010).