La Revista Francesa de Métodos Visuales, reconociendo la relevancia de la fotografía y del cine en la
evolución de las prácticas de investigación, en este número se abre a otros
tipos de métodos (audio)visuales. Y si
bien los investigadores pueden reivindicarse desde la tradición de la
sociología visual o la antropología visual, pueden también pertenecer a otras
disciplinas, desde su institucionalización o desde subdisciplinas más o menos
aceptadas en este campo (Pink, 2003). A partir de Té Muer (1940) d’Edward
Evans-Pritchard y Balinese Character (1942) de Margaret Mead y Gregory Bateson,
la producción fotográfica y cinematográfica (Jean Rouch entre los precursores)
va ligada forzosamente a la estética y a la historia del arte visual en una
relación compleja y, en ocasiones, ambigua. Por ejemplo, el cine documental se
inscribe tanto en la historia del cine como en la de los métodos visuales. Es
lógico que este género sea propenso a la introducción del elemento digital e
incluso a su generalización; algo que va más allá del abandono del celuloide
para llegar a la creación de nuevos formatos, más o menos estables en su estética
evolutiva.
Jacobo Sucari propone una clasificación del documental contemporáneo
(2012) en la que suma a las categorías habituales “documental cinematográfico”
y “documental videográfico” otras cuatro categorías que ilustran las tensiones
entre el cine y el vídeo:
- el documental en el proceso del arte contemporáneo,
- el documental expendido,
- el documental transmuda y
- el web documental.
Las filtraciones entre los métodos visuales en ciencias humanas
y sociales y el arte cinematográfico documental conduce inevitablemente a la
instauración de métodos que se inspiran en los fervientes cambios de las formas
digitales. Es por ello que, en relación con el punto 5 del Manifiesto Editorial
“Explorar las nuevas experiencias ligadas a lo digital aprovechando plenamente
las oportunidades ofrecidas por la creación online” (Bouldoires, Reix, 2017
& 2018), la Revista Francesa de Métodos Visuales propone este número 5
aclarando que estas metodologías incluyen las imágenes llamadas interactivas;
un dominio rico, aunque inestable por la rapidez de las innovaciones
sociotécnicas que la atraviesan. Utilizamos la expresión imágenes interactivas,
antes que “documental interactivo” (Aston, Gaudenzi, Rose, 2017) o
“interface-films” (Di Crosta, 2009) con la intención de comprender mejor, en su
diversidad formal, los métodos visuales que producen dispositivos de
investigación tales como el documental digital, pero también productos cercanos
al video juego, al serious game, a la instalación inmersiva y performativa en
realidad virtual, aumentada o mixta.
Más allá de la interactividad
estrictamente computacional, la interactividad propone al espectador entrar en
el corazón del dispositivo y acceder a un recorrido más individual que en la
obra cinematográfica lineal. Esta inclusión del usuario no sólo viene dada por
la interactividad inducida sino también por la personalización, la
participación y la inmersión. Este
usuario puede construir el contenido, por ejemplo, con la integración de un
video autogenerado cuya inserción fuera prevista por el creador del dispositivo
(Ejemplo: web documental). Sin considerar que el espectador clásico de
cine sea un espectador pasivo antes, durante o tras la proyección, con las
imágenes interactivas el nuevo estatus que se le propone es el del
“espect’acteur” (espec-actor) o el de “interacteur” (Proulx, 1998). Este es el
caso del movimiento panorámico del cine documental impuesto en el desfile
cronológico de imágenes animadas que se convierte en opcional en el caso de la
realidad virtual a partir de una grabación en 360 grados. Por todo ello, hay
cuatro elementos a tener en cuenta en las modalidades metodológicas: la imagen (y el sonido), la tecnología, las
interacciones usuario/obra y la experiencia vivida. (Marin Carrillo, 2019).
Aunque algunos
autores integran los
métodos visuales, en
su concepción más
amplia, en los estudios
visuales, la posición
epistemológica que aquí
se defiende no
privilegia trabajos de investigación que solamente tengan como
fin el análisis de contenido o la semiótica de una muestra de producciones
visuales anteriores e
independientes a la
investigación (Ejemplo: semiótica aplicada a imágenes
producidas y difundidas
en redes sociales
como Facebook sobre
una protesta social). La imagen no se considera como objeto de
investigación sino como un elemento indispensable de una práctica metodológica
de investigación (Chauvin, Reix, 2015).
Del mismo modo, en un marco de colaboración entre Arte y Ciencia cada
vez más proclamado por algunas instituciones, la creación visual no puede
limitarse a una práctica en forma audiovisual como exposición de los resultados
de la investigación (Ejemplo: cartografía interactiva de datos científicos), de
metodologías no visuales en ciencias humanas y sociales o en las ciencias de la
materia.
En esta llamada a la participación,
lo visual no se limita al diseño visual e interactivo de la investigación con
el objetivo de responder a la demanda social de difusión y divulgación con
formas atractivas. Es indispensable la
grabación de imagen y sonido relativos a un grupo social, bajo la autoridad del
investigador y con la libertad del autor creativo en la escritura, la edición o
el diseño digital. Así, para este número
invitamos a las investigadoras y a los investigadores a proponer artículos que
traten sobre la utilización precisa de métodos visuales que conlleven
producciones de investigación constituidas por imágenes interactivas (Ejemplo:
web documental de investigación; dispositivo inmersivo con cascos y micro). La
Revista Francesa de Métodos Visuales está igualmente
interesada en propuestas
de reflexión crítica
de revisión epistemológica, tanto por la duración
como por la
diversidad de formas
digitales que se
reivindican desde los métodos visuales; la participación en la
investigación del sujeto o grupo social
estudiado, la recepción de los usuarios de la producción de investigación
visual e interactiva; la narración
interactiva, entre la estética interactiva y el diseño de investigación; las
experiencias sensoriales en los métodos visuales, etc.
Calendario:
29 de febrero del 2020: fecha límite
para el envío de propuestas para artículos, en forma de resumen de 1500 a 3000
caracteres, espacios incluidos. Deberá explicarse el tema principal, el marco
teórico o metodológico y su contribución a los métodos visuales.
Envío a los coordinadores del
número: callrfmv@gmail.com
15 de marzo de 2020: selección de
propuestas
15 de mayo de 2020: recepción de
artículos para evaluación
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