La facilidad de propagación de las noticias falsas en la sociedad digital constituye un peligro para la salud o la economía, pero también para la democracia en su conjunto. Esta es una consecuencia más de la popularización de la computación, de la robotización o de la segmentación algorítmica. En el marco de la Comunicación Política, sus consecuencias nocivas preocupan a instituciones, medios de comunicación y ciudadanía, muy especialmente en época electoral.
La crisis originada por la pandemia de COVID-19 ha generado un debate sobre la necesidad de establecer mecanismos de control que eviten la desinformación, así como el desarrollo de instrumentos que permitan verificar hechos. El “fact-checking”, pues, es una de las principales tareas de la comunicación, constituyéndose como pieza angular de la responsabilidad social: automatiza la corroboración de las noticias a través de la detección de la fuente, del análisis de contenido y de la dirección de los distintos flujos informativos. Y es que, en este contexto de miedo colectivo, la proliferación de datos inexactos y la utilización con fines de intoxicación de las redes sociales por parte de actores políticos erosiona la estabilidad social, la convivencia pacífica y las bases sobre las que se construyen las democracias liberales, también las iberoamericanas.
Las redes sociales, como parte instrumental más visible de esta sociedad, han modificado la forma en la que se produce información, los mecanismos a través de los cuales se obtiene y el modo en que la ciudadanía interactúa. El circuito de producción de la información se ve por ello afectado, tanto en las rutinas (seleccionar, producir y distribuir), como también en la organización de las propias empresas, la reputación y la credibilidad.
El consumo de las noticias en este contexto está marcado por una serie de elementos definitorios: a) la convergencia periodística que determina un nuevo ecosistema híbrido de comunicación; b) el consumo incidental de noticias en el ámbito digital, también llamado “sorpresa de hallazgo”; c) la utilización de varios soportes por parte del ciudadano, el consumo complementario o en segundas pantallas.
Esta situación, genera nuevos retos y desafíos de la investigación en las Ciencias Sociales, muy especialmente desde espacios interdisciplinarios (como pueden ser la Comunicación o la Ciencia Política), por lo que se proponen varios ejes temáticos para esta convocatoria:
- Comunicación, política y tecnologías aplicadas.
- Comunicación y Salud.
- Experiencias de fact-checking en Europa y Latinoamérica.
- Persuasión y emociones.
- Redes sociales digitales.
- Comunicación institucional y transparencia durante la pandemia.
- Los servicios públicos audiovisuales, internet y la desinformación.
- Agenda setting y actores políticos
- Comunicación, elecciones y marketing político.
- Otros temas convergentes con la presente convocatoria.
Lineamientos editoriales
Se pueden consultar en este vínculo.
Las colaboraciones deberán inscribirse en cualquiera de los ejes temáticos de esta convocatoria y sujetarse a los requerimientos para la colaboración.
Es obligatoria la presentación de los artículos en norma APA, 7ma. edición.
Proceso de envío para el monográfico
Los/as autores/as de este monográfico deberán cargar los resúmenes, materiales y artículos finales en la plataforma OJS/PKP de la revista y notificar su envío al coordinador general del número, Paulo Carlos López-López, al siguiente correo paulocarlos.lopez@usc.es, con copia a Nieves Lagares Díez (mnieves.lagares@usc.es) e Iván Puentes Rivera (i.puentes@udc.es)
No se reciben envíos fuera del sistema de la revista.
Los autores deberán cargar en el sistema de la revista lo siguiente: a) el artículo; b) la ficha de autor; c) declaración de originalidad.
Fechas
Cierre de la convocatoria: 30 de septiembre 2021
Anuncios trabajos aceptados: 15 diciembre 2021
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