El principal atributo que transforma
la historia ambiental en un campo multidisciplinario capaz de integrar con
éxito la naturaleza en la historia humana es su variedad de enfoques. Este
atributo permite una nueva lectura de los desequilibrios ambientales bajo una
luz histórica. La investigación ambiental como objeto de estudio histórico
todavía está en desarrollo, y las transformaciones producidas con el tiempo a
través de las interacciones del hombre con la naturaleza determinan, en parte,
los crecientes conflictos socioambientales vinculados a la explotación de los
recursos naturales.
Por otro lado, hoy el mundo enfrenta
grandes problemas ambientales como resultado de factores sociales,
demográficos, políticos y económicos. El cambio climático, la falta de agua
segura y la contaminación del aire se encuentran entre los principales
problemas ambientales. Debido al gran progreso tecnológico y al mayor uso de
los recursos ecológicos, la población humana es responsable de las generaciones
presentes y futuras en términos de desarrollo sostenible. En Este sentido, las
crisis ambientales son ciertamente consecuencias de una gestión inadecuada del
medio ambiente.
Sin embargo, su raíz más profunda se
podría ver en el antropocentrismo que en el largo período histórico objetiva
completamente la naturaleza. Muy correctamente y al comienzo del nuevo milenio,
Plumwood afirma que se hizo una "discontinuidad radical" entre el
sujeto activo, el ser humano y el objeto pasivo, es decir, la naturaleza
(Plumwood, 2002). Esto se aplica particularmente a la cultura occidental y su
progreso tecnológico, que se está moviendo hacia una creciente destrucción de
la naturaleza. Las consecuencias son evidentes en la explotación desigual de
recursos en países desarrollados y subdesarrollados.
Al tener en cuenta la huella
ecológica, hay muchos países con déficit de biocapacidad como Singapur,
Barbados, Israel, Emiratos Árabes Unidos, etc. (Global Footprint Network, 2019)
Los informes de huella ecológica indican que la población humana en la Tierra
está viviendo por encima de la capacidad de su planeta. Según el Informe WWF
Living Planet de 2018, la huella ecológica de la humanidad ha aumentado
aproximadamente un 190% en los últimos 50 años (WWF, 2018).
La situación ecológica actual a
nivel global muestra la interacción no armonizada entre el hombre y la
naturaleza. Una de las medidas más importantes para establecer una interacción
más humana con la naturaleza es la sensibilización ambiental. El desarrollo
sostenible no es posible sin la existencia de una conciencia ambiental entre
todos los temas relacionados con los lazos naturaleza-sociedad-cultura. Y esto
no se puede lograr sin una comunicación ambiental adecuada.
La conciencia ambiental implica el
conocimiento de la preservación del medio ambiente natural, los valores que
afirman el medio ambiente natural saludable y el derecho de los ciudadanos a
una vida saludable. No obstante, el desarrollo de este tipo de conciencia
depende de muchos factores y debemos tener en cuenta las especificidades de un
contexto social particular y los logros del periodismo ambiental. En el mundo
moderno, si excluimos a los expertos en medio ambiente, el conocimiento de los
ciudadanos sobre el cambio climático y la protección del medio ambiente se basa
con mayor frecuencia en la experiencia personal y la información proporcionada
por los medios de comunicación. Pero en esta área, también podemos percibir una
hegemonía de los medios que no se reconoce en la declaración sobre qué pensar,
sino más bien en una articulación sobre qué no pensar (Katz, 1987). Por lo
tanto, a menudo sucede que es imposible establecer un debate público sobre
temas que no se presentan en los medios porque no tenemos que pensar en ellos.
La importancia de algunos otros temas (sobre los cuales tenemos la ilusión de
elegir lo que es importante y lo que es irrelevante) se enfatiza
permanentemente.
En esta línea, los medios de
comunicación constituyen una referencia inexorable en el establecimiento de una
agenda pública en la que los ciudadanos toman decisiones políticas, económicas
y ambientales basadas en la información que reciben. Como consecuencia, el
comportamiento de los medios no es solo un pequeño detalle que detalla la
creación de conciencia ambiental. Los medios tienen una gran responsabilidad
social al seleccionar qué temas cubrir y cómo cubrirlos. En este sentido, entra
en juego la percepción social de los problemas ambientales, una percepción que,
para García (2011), se compone de tres dimensiones: preocupación, que se
entiende como el grado de consideración que la sociedad da a los problemas
ambientales; voluntad de actuar, que implica las actitudes determinadas que los
ciudadanos toman en función de la información que tienen sobre cuestiones
ambientales; y significado, que es la asociación de la protección del medio
ambiente con otros valores (p. 276). Estas tres dimensiones deben tenerse en
cuenta al desarrollar un análisis de problemas o conflictos ambientales,
especialmente al estudiar cómo han sido abordados por los medios de
comunicación.
En consecuencia, estas dimensiones
estarán presentes en la sociedad en mayor o menor grado, dependiendo de la
cantidad de información que haya recibido una sociedad determinada, la
presencia de los medios en el tema, el impacto directo o indirecto que tiene en
la vida cotidiana de los ciudadanos, el nivel de incertidumbre trae, etc.
(García, 2011). No hay duda de que las emergencias ambientales, los desastres,
los problemas y los conflictos son de interés periodístico y, por lo tanto,
tienen su lugar en los medios de comunicación. En consecuencia, los medios de
comunicación tienen la responsabilidad de hacer informes que sean serios,
éticos y científicos para trascender la sensación de alarma, y que también sean
profundos para dar cuenta del contexto y los antecedentes de cada caso en
particular, sin omitir las obligaciones de los actores sociales involucrados.
Si observamos el contexto social
global, la conciencia ambiental no puede desarrollarse completamente a menos
que los temas ambientales estén ampliamente representados en los informes de
los medios y si la comunicación ambiental no está en un nivel envidiable. Esta
es la base para formar el público y dirigir su atención a los problemas
ambientales más importantes. Por lo tanto, es muy importante investigar las
condiciones mediáticas complejas y contemporáneas, si existen similitudes entre
países y cuánta comunicación ambiental promueve el debate público sobre las
consecuencias del cambio climático.
Teniendo esto en cuenta, nuestra
propuesta para este número especial busca contribuir al estudio de las
representaciones culturales del medio ambiente. Nuestra propuesta considera que
los medios de comunicación son portadores de poder simbólico y fuentes de
información histórica sobre las dinámicas sociales y ambientales, así como las
repercusiones culturales que estas dinámicas han tenido en el pasado reciente.
Por lo tanto, nuestra propuesta de investigación se basa en un enfoque
holístico y multidisciplinario que interconecta varias disciplinas, tales como:
historia ambiental y comunicación ambiental.
Fecha de Entrega: 30, mayo de 2020
Más información: Historia Ambiental Latinoamericana y Caribeña (HALAC)
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